Miguel Angel Polo Santillán |
Entrevista de Ramiro Sánchez Navarro.
Miguel
Ángel Polo Santillán (Lima 1963, Perú), doctor en Filosofía y catedrático en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad de Lima. Es autor
de artículos de su especialidad y de obras como Ética y Crisis Moral, Indagaciones
sobre el sentido de la vida, entre otras. Interesado por conocer un poco
más sobre el quehacer filosofófico peruano, me decidí entrevistarlo para
conocer sus opiniones en torno a este sugestivo terreno. He aquí la entrevista:
Ramiro Sánchez Navarro (en adelante Ramiro).- Dime Miguel, a tu juicio ¿para qué
sirve la filosofía? ¿Por qué es ella importante?
- Miguel Angel.- La
filosofía tiene una larga tradición, donde podemos encontrar muchas
definiciones o modos de asumirla. Como dicen, casi hay una definición de
filosofía por filósofo. Otros creen que hay una manera auténtica y única de
hacer filosofía, y claro, también difieren en decirnos cuál es esa manera
verdadera. Por mi parte, asumo la filosofía como un diálogo exploratorio, una
indagación sobre los presupuestos o creencias que asumimos, no necesariamente
para encontrar la verdad, sino para desarmar o deconstruir las creencias que se
asumen como verdaderas. Por eso, el diálogo socrático es una forma de hacer
filosofía que tiene relevancia no solo cognitiva, sino también práctica, es
decir, en las actitudes y formas de vida.
-
Ramiro.- ¿Cómo nace en ti tu vocación por la filosofía?
- Miguel Angel.- Creo
que fue por una profesora de colegio, cuando todavía se enseñaba filosofía.
Ella nos hizo leer algunos fragmentos de textos de filósofos. Su enseñanza
inclinó la balanza frente a otros intereses que tenía entonces.
-
Ramiro.- ¿Consideras tú que el pensamiento filosófico peruano ha logrado
importantes avances o pasos importantes? ¿Quiénes crees que son los filósofos
más representativos del Perú y porqué razones?
- Miguel Angel.- Si
no nos estamos comparando obsesivamente con la filosofía occidental, considero
que efectivamente hemos tenido y tenemos filósofos. Obviamente no se trata de
un avance lineal, de un momento en que no hubo hasta el momento que hay genuina
filosofía, sino de un intento de tratar de responder grandes interrogantes
desde contextos nuestros. Asimismo, asumir los problemas de nuestras realidades
nos plantean, para –quizá- ver si sus respuestas pueden aclarar el panorama
actual o pueden ser posibles que sean universalizables. Lo cierto es que se
trata de un diálogo entre el pensar y la realidad que nos toca vivir. Esa es
nuestra peculiaridad. No quisiera personalidad a los filósofos, porque podría
herir sentimientos a los que quedan fuera. Lo importante es indicar que el
pensar filosófico, si quiere ser latinoamericano, debe aprender a mirar la
realidad, sus múltiples problemas complejos, su riqueza de posibilidades, para
dejar de ser simples repetidores de lo que dicen otros pensadores.
Ramiro.- ¿Qué opinas tú de la Teoría de la
Liberación del padre Gustavo Gutiérrez? ¿Crees que de verdad contribuye a la
liberación del individuo de la opresión social?
- Miguel Angel .- Justamente,
en la medida que el pensar asume nuestras condiciones surgen los pensamientos
auténticos, como los de la teología de la liberación. Después de todo, es una
forma de volver a la vivencia cristiana inicial, es decir, encontrar a Dios en
el rostro del pobre, del que sufre, del que es víctima de la violencia. Así, si
la verdad es descubrir, entonces, libera y compromete. Un binomio que la
cultura liberal actual no asume.
- Ramiro.- ¿Para
países del Tercer Mundo como el Perú, aparte de una filosofía liberadora,
consideras tú que necesita de otra, que lo impulse hacia el desarrollo social?
-Miguel Angel.- No
solo desarrollo social, si lo entendemos solo como bienestar material. Se trata
de desarrollo humano, que incluye las formas de vida, la convivencia, la
subjetividad, la realización personal. Muchas filosofías son necesarias para
sumir la compleja realidad que vivimos. Pobre de una filosofía que dijese que
es una única verdadera, ya sabemos a lo que nos lleva. Necesitamos muchos
enfoques, muchas perspectivas, muchas ventanas para mirar la realidad. Y quizá,
luego, ir más allá de las ventanas.
-Ramiro.- De las actuales corrientes filosóficas, ¿cuál de ellas crees que de
verdad le ayuda vivir al hombre moderno?
- Miguel Angel.- Por
lo anteriormente dicho, no hay una sola, casi todas pueden ofrecernos discursos
que puedan ampliar nuestras perspectivas. Pero debemos “escuchar” la realidad,
asumir sus retos, sino serán meros juegos de pensamientos abstractos.
-Ramiro.- De la filosofía siempre se ha dicho que es crítica, problemática y cuestionadora y que no contribuye a resolver los problemas fundamentales como por ejemplo la inmortalidad del alma, la existencia de Dios, la vida en otros planetas, ¿tú lo crees así?
-Ramiro.- De la filosofía siempre se ha dicho que es crítica, problemática y cuestionadora y que no contribuye a resolver los problemas fundamentales como por ejemplo la inmortalidad del alma, la existencia de Dios, la vida en otros planetas, ¿tú lo crees así?
- Miguel Angel.- Mucho
se le ha exigido a la filosofía, pero nuestra tarea es más modesta, quizá
preparar el camino, señalar, pero no hacer todo el trabajo. No somos mesías ni
profetas de la verdad, tampoco creo que seamos predicadores. Nuestra labor en
dialogar con otros, con los ciudadanos, con nuestros alumnos, que ya tienen
determinadas ideas y luego someterlas a cuestionamiento. Y desde ahí considerar
la realidad desde sus distintas variantes. Quizá pueda dar soluciones, pero
para que sean sometidas nuevamente a críticas. Porque lo que interesa no son
las ideas en sí mismas, sino nuestra experiencia de la realidad.
-
Ramiro.- ¿Consideras tú que el máximo
desarrollo de la ciencia contribuirá a resolver los problemas planteados por la
filosofía?
- Miguel Angel.- La
ciencia no es solo un procedimiento, es ya una forma de ver el mundo. Por lo
tanto, para quien la asume, tendrá respuestas para muchas cosas que antes
inquietaban el alma humana. Y justo, tendremos que ver cuáles son esos
presupuestos culturales que sostienen la ciencia como solución de las grandes
interrogantes humanas. La ciencia nos ha ampliado la mirada, pero el riesgo
está en que se quiera convertir en la ventana privilegiada para ver el mundo. ¿Puede
la ciencia darnos el sentido de nuestra existencia? No lo creo. Entonces la
filosofía todavía tiene espacio y tarea en este mundo.
-Ramiro.-
¿Tú crees que el hombre es un ser especial, de quien vale la pena saber de
dónde viene, pará qué está en este mundo y hacia donde va, cuál es su derrotero? ¿O será que es
un animal más que hay sobre la tierra, que está condenado a perecer y a
convertirse en polvo?
- Miguel Angel.- Pues ambas cosas están
en nuestras vivencias, ¿no? Somos seres que tenemos que morir, pero quizá por
la muerte misma está impelido de buscar un sentido a su vida. Es un ser
mundano, pero también especial. Estamos marcados por esas contradicciones, que
se vuelven problemas existenciales cuando las asumimos como los verdaderos
problemas, es decir, cuando las contradicciones no se ven como parte de la
totalidad de la vida, y cuando uno de ellos quiere ser la única visión,
entonces vienen los dominios, las opresiones. Por eso creo que el sentido de la
vida no puede encontrarse creando sentidos mentales, ideológicos, sino sabiendo
contemplar el mundo, nuestras vidas y relaciones. Después de todo no hay
sentido de la vida sin conocimiento de sí mismo y no hay conocimiento de sí
mismo sin la capacidad de estar atentos al mundo que vivimos.
-Ramiro.- ¿Según tu
óptica, a qué se enfrenta el hombre de hoy? ¿Cuáles son sus desafíos y las
amenazas potenciales que penden sobre su cabeza como si fueran espadas de
Damocles?
- Miguel Angel.- Buena pregunta. Creo
que uno de ellos es haber confundido el mapa con la realidad. Los esquemas
mentales, ideologías, creencias, cuentan más que la vida misma. Los peruanos
experimentamos eso cuando Sendero Luminoso, en nombre de la verdad, de la
verdadera doctrina de la realidad, emprendió una guerra atemorizando a los
ciudadanos y matando a campesinos sin piedad. Y esa misma estructura de acción
la seguimos repitiendo cuando seguimos asumiendo que tenemos la verdad y que
los demás están equivocados. Ese esquema de acción se repite en la vida
personal, comunitaria, académica, laboral, política y religiosa. Por eso valoro
mucho la contemplación, la capacidad de estar atentos y el valor del diálogo
exploratorio.
- Ramiro.- ¿Para ti
qué es la felicidad? ¿Cuándo y en qué circunstancias podrías decir que eres
feliz?
- Miguel Angel.- Quizá habría que
parafrasear a San Agustín (cuando hablaba del tiempo): cuando no me preguntas
que es la felicidad lo sé, pero cuando me lo preguntas ya no lo sé. En otras
palabras, la felicidad no puede ser una meta, de lo contrario será fuente de
infelicidad. Queremos diseñar la felicidad como diseñamos un aparato o una
institución, lo cual me parece errado. Dice Comte-Sponville que la felicidad no
debe ser nuestra esperanza, sino debemos perder la esperanza. Por eso, su libro
se titula La felicidad, desesperadamente.
Entiendo por no tener esperanza el asumir la realidad que nos toca vivir, saber
mirar el rostro del otro, contemplar la vida, estar atento al mundo interno y
externo, desde ahí hay sentido, desde ahí hay fuente de felicidad.
- Ramiro.- ¿La muerte
es para ti desdicha fuerte o la gran liberadora del alma?
- Miguel Angel.- Las actitudes antes la
muerte son tan diferentes y tan inesperadas también. No la creo ni como
desdicha ni como liberadora. Platón y Krishnamurti hablaban de aprender a morir
cada día, ese sí es un reto. Morir a los apegos, al hombre viejo, a las falsas
verdades, a las ilusiones, etc., aprender a morir es aprender a vivir, después
de todo. Entonces, quizá hemos contrapuesto excesivamente muerte y vida, cuando
una no puede existir sin la otra. Y si parafraseamos a Nagarjuna, no hay
muerte, no hay vida, todo es vacío, entonces la experiencia puede hacerse más
profunda. Pero eso requiere de una explicación más profunda que no es posible
en este espacio.
-Ramiro.- ¿La buena
suerte y la mala suerte, los milagros, el egoísmo y el altruismo, como los
catalogas y qué explicación les puedes dar?
- Miguel Angel.- Son muchos temas los
que me planteas. Déjame solo intentar ver el primero. Los griegos hablaron de
la tijé, la fortuna, la suerte. La
valoración de buena o mala dependerá de las expectativas que se tenga o de los
proyectos de vida, si se realizan o no. Lo que a mí me interesa es que la tijé, por lo menos nos decía que nuestra
vida no puede ser controlada totalmente de modo racional o voluntario. Siempre
habrá factores que escapen a nuestra comprensión o eventos que surjan que
quieren nuestros esquemas de acción. Por eso Arendt consideraba que la acción
humana siempre tiene algo de nuevo, el nacimiento es su característica. Dar
espacio a lo inesperado es tener una actitud flexible, atenta y compasiva. Todo
lo contrario a los que ya tienen una lectura definida a lo que ocurre y
ocurrirá, a los que ya saben el plan de la naturaleza, de la historia o de Dios.
Quizá la suerte es la irrupción de lo nuevo en la vida humana.
-Ramiro.- Gracias Miguel
por tus amables respuestas.
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