sábado, 27 de octubre de 2012

Entrevista al escritor Colombiano Carlos Vidales Rivera.



Entrevista de Ramiro Sánchez Navarro.
Carlos Vidales Rivera (Bogotá, 1939) es escritor, periodista e historiador y además de ser profesor jubilado de la universidad sueca de Estocolmo. Desde 1980 radica en Suecia, habiendo radicado anteriormente en Perú, Chile, Argentina, Uruguay y México.
Carlos Vidales Rivera en su peregrinar por el mundo ha tenido la oportunidad de conocer  a muchos personajes  de la  política y de la literatura, etc. de Colombia y de muchos otros países, entre ellos el  Perú, donde conoció personalmente  a José María Arguedas Altamirano(1911-1969). Para hablar precisamente sobre este escritor peruano y sobre temas vinculados  al problema de violencia política en Latinoamérica y otros tópicos de actualidad, he creído muy importante entrevistar a este distinguido escritor y político de la  hermana república de Colombia.
RAMIRO SANCHEZ NAVARRO (En adelante RSN):- Bueno ya sé que es usted colombiano, quiero preguntarle de cajón ¿Cómo y en qué circunstancias conoció al escritor José María Arguedas Altamirano? ¿Cuándo usted lo llegó a conocer?
CARLOS VIDALES RIVERA (en adelante CVR).- Lo conocí a comienzos de 1969, en mi primer día de llegada a Lima, de manera casual. Ese día visité la librería de Paco Moncloa, en el marco de la Plaza San Martín, y trabé conversación con Sybila Arredondo, quien me contó que ella era la esposa de Arguedas y que me lo presentaría, pues estaba por llegar allí a buscarla. En efecto, Arguedas llegó, fuimos presentados y de inmediato se produjo una conversación muy amistosa sobre viajes, literatura y Arguedas comentó que le gustaba mucho la poesía de mi padre (mi padre es el poeta vanguardista Luis Vidales, de Colombia). Al rato dijo Arguedas: "Quiero invitarlo a comer a mi casa, ¿qué le parece?". Yo acepté encantado y nos fuimos los tres, Sybila, José María y yo para su casa de Los Ángeles (Chosica). Pasamos conversando toda la tarde, a las pocas horas ya nos tuteábamos y al atardecer me ofreció una pequeña habitación en el altillo que había en su casa, para huéspedes, en calidad de invitado. Como yo todavía no había tenido tiempo de buscar hospedaje, acepté y a partir de ese momento quedé viviendo allí. Diría que fue una amistad clara, franca, desde el primer momento.
RSN.- ¿Cuánto tiempo pasó en la casa de Arguedas? ¿Creo vivía por Chaclacayo, no?
CVR.- Viví en la casa de José María desde enero de 1969 hasta el día de su muerte.
RSN.-  ¿Cómo era Arguedas en su trato con usted? ¿Diría usted que era un hombre alegre, comunicativo o una persona triste y preocupada?
CVR.- Conmigo (y con todos, según pude ver) era comunicativo, sencillo, muy generoso y también muy curioso. Siempre hacía preguntas sobre los países y gentes que no conocía, se interesaba mucho por la vida de los humildes y desposeídos. Le gustaba que yo le contara chistes de otras culturas y sociedades y me contaba muchos chistes de las regiones andinas. Raras veces lo vi triste, aunque en la conversación contaba con frecuencia cosas muy tristes y amargas de su niñez. En suma, creo que ocultaba sus depresiones. Algunas veces buscaba la soledad, tocaba la guitarra y cantaba canciones andinas.
RSN.- ¿A qué causas podría usted atribuir la vocación  suicida de Arguedas?¿Era porque quizás  tenia una enfermedad crónica e incurable o porque su niñez, vivida entre los indios de su comunidad lo hacían sentir un ser desgraciado, habida cuenta que él era un blanco, nada menos que hijo de un abogado, casada con una gamonal o hacendada?
CVR.- Eso ha sido muy discutido y él mismo dio muchas veces las claves de su suicidio. Siendo niño fue arrojado a vivir con los indios de la hacienda (no de la comunidad), como un paria, y ellos lo recogieron y le dieron todo el amor y la ternura que sus propios parientes le negaban. Su infancia fue muy desgraciada. A los trece años quiso morir, se le apagó la llama de la vida.
RSN.-  ¿Usted vivía en la casa de Arguedas cuando  él se suicidó?
CVR.-  Sí, pero él no se suicidó en la casa sino en su despacho de la Universidad Agraria de La Molina.
RSN.-  A su juicio, ¿Arguedas tenía algún ideario político, alguna propuesta política, rescatable y valedera, concretamente para el  Perú de aquella época?
CVR.- Arguedas fue comunista en su juventud y estuvo en la cárcel (El Sexto) por haber participado en una protesta contra un dignatario fascista que visitaba al Perú. Fue marginado del Partido Comunista y condenado al aislamiento por haberse separado de su esposa y haberse casado después con la chilena Sybila Arredondo (la Unión Soviética jamás le dio visa para viajar allá, por recomendación del Partido peruano). Esto le causaba enorme tristeza y amargura. Nunca abandonó el ideario comunista y siempre fue recibido con enorme cariño por Cuba y los cubanos. Sus propuestas políticas eran las de Mariátegui.
RSN.-  Usted ha escrito un interesante articulo sobre la “Lucha Intercultural” de los pueblos, en el que concretamente se refiere al “Yahuar Fiesta”, que Arguedas lo ha plasmado en un libro de relatos. ¿Este tipo de saberes de la cultura andina lo obtuvo a través de Arguedas?
CVR.-  A mí José María me enseñó a entender el Perú. Todo lo que sé de los pueblos andinos se lo debo a él, porque él me enseñó a estudiarlos y amarlos.
RSN.-  ¿Ha tenido usted la oportunidad de conocer el Perú profundo, por ejemplo Apurímac, donde se celebra la “Fiesta de sangre”? ¿En Colombia  tienen ustedes este  tipo de luchas interculturales o  alguna  otra forma de manifestarse?
CVR.-  Sí, he estado en las regiones andinas del Perú, algunas veces recogiendo información para Arguedas, y otras veces, más tarde, en viajes propios míos de estudio y observación. En todos los países donde hay diversas culturas y luchas interculturales, hay expresiones, fiestas, carnavales, rituales, que expresan esas luchas. En Colombia hay una gran riqueza de esas expresiones pero yo no las he estudiado en profundidad.
RSN.-  Aparte de Arguedas, ¿a qué otros escritores peruanos ha tratado o conocido? ¿Qué opinión le merecen César Vallejo y Ciro Alegría Bazán?
CVR.-  Conocí al excelente poeta Javier Sologuren por su amistad con Arguedas. Tuve trato ocasional con muchos poetas jóvenes de las décadas de los años sesenta y setenta. Soy ferviente admirador de César Vallejo, a quien le dediqué varios poemas en mi juventud. De Ciro Alegría tengo muy buena opinión como novelista y narrador, aunque no comparto del todo su visión del mundo indígena, pues me guío por las palabras de Arguedas: "Ciro Alegría tiene grandes méritos como indigenista, pero no hay que ser indigenista, hay que ser indígena".
RSN.-  Ahora cambiando de tema, usted como historiador que es ¿a qué factores atribuiría la violencia política en América Latina, donde Perú y Colombia ocupan un lugar preferencial?
CVR.- Siempre hay muchos factores que contribuyen al ejercicio de la violencia social y política, pero los más importantes, me parece, son: la opresión económica y social, las terribles desigualdades, la injusticia en las relaciones interculturales, la resistencia de los detentadores del poder a compartir los recursos y beneficios del país, la falta de expectativas y de horizontes de progreso para los desposeídos, la arrogancia cultural y étnica de los poderosos, en suma, todo el sistema de injusticias, humillaciones, explotación y discriminación.
RSN.- ¿Usted cree que es difícil  alcanzar el estado de bienestar general en todos los países de América Latina dentro de nuestros sistemas democráticos y representativos?
CVR.-  Es que no hay sistemas "democráticos y representativos" en América Latina. Hay algunos países que se están librando de ese engaño, poco a poco, pero ha costado mucha sangre, mucho sudor y muchas lágrimas. Solamente la unidad de los pueblos y la lucha de los pueblos garantizan la conquista de los derechos de la gente. Es un camino difícil, largo, escabroso y lleno de avances, retrocesos y vueltas a empezar. Los sistemas establecidos han sido hechos para explotar y oprimir a los pueblos. No se puede usar esos sistemas para otra cosa.
RSN.- ¿Considera usted que el socialismo es la respuesta a los problemas que la humanidad confronta en los países del Tercer Mundo? ¿Qué es para usted el socialismo siglo XXI?
CVR.- El socialismo es la única alternativa visible de nuestra época. Pero el socialismo debe corregir los terribles errores cometidos a lo largo del siglo pasado, perder el miedo a la crítica y a la autocrítica, aprender a respetar la participación de muchas y diversas corrientes y propuestas y aprender a construir la verdadera democracia popular. Eso tendrá que ser el socialismo del siglo XXI, o del siglo XXII, o del siglo que sea. El socialismo debe nacer del humanismo y debe engendrar humanismo permanentemente.
RSN.- ¿Qué rol le asigna usted a los llamados  “caudillos salvadores de la patria” o “líderes iluminados” en el progreso de los  pueblos, sobre todo en los países de América  Latina?
CVR.- Han cumplido algún papel, cumplen ahora algún papel, pero son al mismo tiempo obstáculos formidables para el desarrollo de la verdadera conciencia revolucionaria de los pueblos. No hay que depender de profetas, salvadores, mesías, guías esclarecidos, líderes infalibles. Hay que depender de la permanente, constante, incansable cualificación política de los pueblos.
RSN.- ¿ Para usted, la felicidad, el bienestar y la realización personal guardan más relación con las oportunidades que le pueda brindar un determinado sistema social, económico y político imperante o es ante todo producto del esfuerzo  personal del individuo dentro de la sociedad, cualquiera que fuera su tipo?
CVR.- Para mí, “felicidad, bienestar y realización personal” dependen no solamente de lo que la sociedad me pueda dar, sino de lo que yo pueda hacer para participar activamente en el perfeccionamiento de la sociedad. Es imposible ser feliz y sentir bienestar en una sociedad donde la mayoría es infeliz y carece de bienestar.
RSN.-  A su juicio, ¿cuáles son las amenazas y desafíos del mundo de hoy? ¿Cuál cree que es el futuro que le depara a la humanidad en su conjunto?
CVR.- Amenazas y peligros gravísimos: las guerras imperialistas, la destrucción de las condiciones necesarias para una vida humana justa. No me atrevo a hacer predicciones sobre el futuro. Solamente opino que si no somos capaces de conjurar esas amenazas, esos peligros, estaremos condenados, todos, a la muerte de la especie.
RSN.- Usted que ha vivido siempre en el destierro, lejos de Colombia, su país, ¿como ve su situación de exiliado político? ¿Cómo un accidente en la vida, bastante natural o como algo dramático o trágico y del que usted siempre tendrá que lamentarse?
CVR.- El exilio, el desarraigo, es siempre una cosa indeseable aunque uno haya sobrevivido y logrado establecerse en otras tierras. Pero no hay que lamentarse porque no es un accidente ni una tragedia sin salida. En mi caso, cuando emprendí la lucha política, sabía de antemano que la muerte o el exilio eran riesgos que debían aceptarse y afrontarse. Por otra parte, en el exilio aprende uno muchísimas cosas útiles para corregir errores y continuar la lucha.
RSN.-  Ahora que usted radica en Suecia y al parecer usted se ha adaptado muy bien al medio social y geográfico, ¿qué virtudes le encuentra a esta nación?
CVR.-Tengo mucha gratitud hacia este país que me ha dado asilo, trabajo y libertad. Aquí nacieron mis hijos, que son lo mejor que yo he hecho en la vida (con alguna ayudita de mi esposa, claro). Como cualquier otro país, tiene cosas buenas y malas, sufre crisis y experimenta períodos buenos, etc. Tiene una rica cultura y un pueblo muy laborioso. Sus gentes respetan la naturaleza y aman la vida. Aquí se aprenden muchos valores esenciales para la existencia humana.
RSN.- Para terminar, quiero preguntarle si usted ya se decidió a escribir sus memorias. Pues por lo visto usted tiene muchas cosas que contar de sus andanzas por el mundo. Seria muy valioso que de verdad escribiera usted sus memorias.
CVR.-Las memorias suelen ser monólogos en los que uno le cuenta a los demás las cosas buenas que ha hecho y se calla las otras cosas menos bonitas. Además, son como ejercicios de narcicismo. Preferiría escribir, como testigo, sobre los hechos que he presenciado o que han ocurrido en el transcurso de mi vida, tal como yo los juzgo y analizo. Pero no sé si lo haga.
RSN.- Bueno esperemos que lo haga. Muchas gracias por sus importantes declaraciones.



sábado, 13 de octubre de 2012

Grau,Tierra Bravia y Legendaria,una obra interesante.



Comentario de Ramiro Sánchez Navarro
En setiembre del 2012 salió a la luz de la publicación la obra  titulada:”Grau, tierra bravía y legendaria”, cuya autora es Gladys Valenzuela Gómez, oriunda precisamente de la provincia de Grau, Departamento de Apurimac, República del Perú.
La obra en mención es como su propia autora lo señala: Un estudio monográfico de la provincia de Grau, una comarca alto andina apurimeña, la cual consta de 153 páginas y ha sido dividida en doce capítulos, los que guardan relación con sus temáticas: Datos generales sobre su ubicación y extensión geográfica, su demarcación territorial, creación política, etc., al que le siguen los capitulos sobre Geografía,Historia,Economia,Salud,Educación, Transportes y Comunicaciones, Turismo, Folclor o saber del pueblo, Crónicas de Fiestas Costumbristas, Relatos costumbristas , Creencias y supersticiones.
Nos parece muy bien que haya personas  así, interesadas por dar a conocer sus lugares de procedencia mediante estudios monográficos, etc., ya que de esa manera están contribuyendo al conocimiento de sus regiones y como la propia escritora lo puntualiza en la parte introductoria de su trabajo:”para conocernos a nosotros mismos, los unos a los otros y a nuestra región”, que ha juicio de ella y nuestro “son muy importantes, ya que así estaremos conscientes de nuestras posibilidades de desarrollo , de progreso y de bienestar. Así, conoceremos además de nuestros recursos materiales y naturales, de nuestros alcances y limitaciones, etc.”
La obra, según nuestro criterio, es bastante meritoria, porque no solamente registra datos fríos y meramente descriptivos de la citada provincia, sino que tras exponer la problemática en cada sector de la sociedad grauina, plantea alternativas de solución, que deberían ser tomados muy en cuenta por el gobierno, pero particularmente por las autoridades de la provincia de Grau.
A través de sus páginas, el lector podrá conocer su fascinante historia, la misma que se pierde en el tiempo y que está indisolublemente emparentada con los quechuas y los chancas. La autora nos describe los hechos más importantes y saltantes acaecidos en su comarca desde épocas pretéritas hasta el presente, de nuestra etapa republicana. Nos habla además, de los platos y bebidas típicas de su zona, así como  de otros usos y costumbres de su encantador terruño, que es un pueblo alegre y viril, que sabe ser industrioso, que canta y baila y que se ha caracterizado desde los tiempos de la colonia por la crianza de ganado caballar y vacuno principalmente. Por lo demás, el título de la obra nos parece muy atinado y muy elocuente, puesto que la provincia de Grau ciertamente es una tierra bravía y legendaria, merced a  sus esforzados moradores, hombres y mujeres, sencillos y hospitalarios, que se dedican a actividades rudas como son los arreos del ganado por esas verdes praderas, de tierras onduladas y agrestes, al son de hermosas canciones como son los toriles o wacataquis, la doma de caballos chúcaros, la lidia y monta de toros bravos, aparte de otras actividades que guardan relación con la agricultura y el comercio. Por último, debemos felicitar a  su autora, Gladys Valenzuela Gómez, por sacar a la luz de la circulación una interesante obra que sin duda alguna contribuirá a acrecentar la cultura de la provincia de Grau y el conocimiento de la misma.