jueves, 31 de mayo de 2012

La obra narrativa de Juan Rulfo.




Autor:Ramiro Sánchez Navarro.
 Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno o simplemente Juan Rulfo fue un escritor mejicano, nacido en 1918, en el pueblo de Sayula, Estado de Jalisco.
Como escritor cuenta en su haber únicamente con dos modestos volúmenes.El primero es un conjunto de cuentos publicados en 1953, bajo el título de “El llano en llamas”, y el segundo, una corta novela que comenzó a circular en 1955, con el nombre de “Pedro Páramo”. También es autor de otros textos como “un pedazo de noche”, “textos para el cine” y ”La vida no es muy seria en sus cosas”, las que sumadas, en conjunto, forman su obra completa, y que Biblioteca Ayacucho, de Venezuela, publicó en 1977, como un homenaje al cautivante escritor azteca.
Desde 1955 hasta su muerte en 1986 Rulfo no había vuelto a escribir más libros, pese a los reiterados anuncios hechos  por el propio autor en su momento. Y para lo cual no fue preciso que dejara de existir, simplemente no estuvo interesado en seguir escribiendo. Tal vez lo deplorable en él estuvo en que mantuvo una suerte de suspenso y expectación entre quienes lo admiraron en vida y quisieron seguir leyendo nuevos trabajos suyos. El, en más de una oportunidad, anunció la pronta publicación de un conjunto de cuentos como “Días sin floresta” y una novela con aires exóticos: “La Cordillera”.
Lo más curioso del caso en la vida de este controvertido escritor fue que tras de los tan publicitados anuncios había optado por sumirse en un porfiado silencio, como quien busca salvaguardar su intimidad en el anonimato. Pero, aquí viene otro caso harto curioso. Pues mientras Juan Rulfo continuaba  encerrado en su propio mutismo, sus dos modestos volúmenes, contrariando quizás su voluntad, habían comenzado a darle una fama bastante singular, la que con el correr de los años fue en constante incremento. La notabilidad hasta hoy alcanzada por este autor se atribuyó básicamente a su originalidad o tipicidad que lo diferenció en forma ostensible de los demás narradores de su país.
En la producción literaria de Rulfo se destaca la llaneza del lenguaje, repleto de expresiones populares, esto debido a que en sus cuentos hay siempre un narrador participante, y ese narrador es uno de los personajes humildes, campesino de Méjico. Sobre el particular, Rulfo ha declarado: “Lo que yo no quería era hablar como un libro escrito, sino escribir como se habla” (1) (prólogo de su obra completa).
Lo que igualmente caracterizó a su producción literaria fue su realismo mágico donde resaltó el carácter mítico, la atemporalidad de sus personajes. En la significación de la misma  surgen otros elementos que lo convierten en obra de ficción como son presentar las cosas comunes y corrientes, del diario acontecer como si fueran irreales y extrañas, deformando de este modo las cosas, los personajes y los sucesos. El narrador distorsiona el mundo real con hechos que escapan del marco de la verosimilitud. La obra de Rulfo tiene un sentido regional. Tal vez esto de “regional” sorprenda a quienes tienen aficiones literarias o son críticos en esta materia. Decimos que son “regionales” porque las historias contadas por Rulfo se desenvuelven en un determinado ámbito del territorio mejicano, como es el Estado de Jalisco, de cuyas altiplanicies la población campesina emigra siempre hacia las principales urbes, entre ellas: ciudad de Méjico y Guadalajara, etc.
La proyección universal de su obra, partiendo de un ámbito regional, se debe a lo novedoso de su mensaje, de sus técnicas narrativas, a la forma como presenta el argumento de sus cuentos.
En la vida y obra de Juan Rulfo ocurre en cierta manera un paralelismo con la del poeta español Luis de Góngora y Argote (1561-1627), claro está salvando las distancias de los siglos, quien en su época fue condenado a una suerte de olvido y marginación para después ser revalorado por los estudiosos de la literatura. En el caso de Rulfo no son siglos sino algunos años en que su obra, luego de ser publicada, vivió una suerte de olvido y desdén para luego saltar a la fama, motivado por el interés de la critica. La revista “Historia de la Literatura Latinoamericana” (2), al ocuparse de Rulfo y su obra, dice textualmente:
“… entre 1953 y 1954, escribe su novela Pedro Páramo. Lo cierto es que “El llano en llamas” no tuvo en aquel momento el éxito de ventas y de crítica que merecía. Rulfo ha señalado que llegó a regalar la mitad de su edición… “En 1955 se edita Pedro Páramo, considerado en la actualidad como una de las novelas cumbre de la literatura latinoamericana”, sin embargo “el éxito público tardaría en llegar” pues “habría que esperar a que el llamado boom de la narrativa latinoamericana rescatase a estos primeros maestros” (p. 94-95)
En la obra de Rulfo se destaca también la naturalidad con que se cometen los crímenes. Pues “el victimario carece de saña y el gesto de matar a su amigo es el mismo de coser un costal”, como ha señalado el crítico Jorge Ruffinelly (3)
En nuestra opinión, quizás lo más trascendente en esta producción narrativa, no sea la aparente simplicidad del lenguaje, que es uno de los aspectos del costumbrismo, sino el monologar de sus personajes, así como la significación mítica de su obra, amén de la supresión de los tiempos. Todo ello en medio de un cuadro fantasmal, que nos pinta. Sus personajes son seres que deambulan  cual espectros. Ellos corresponden mayormente a los sectores marginales, es decir son los desheredados de la fortuna.
Sus personajes se desenvuelven en ambientes caldeados por la violencia del medio social, la miseria, la muerte y la orfandad. En este tipo de producción se advierte, por ende, la gran ausencia principalmente del progenitor.
JUAN RULFO, ¿escritor neo indigenista?
En torno al carácter del tema rulfiano ha surgido una suerte de controversia o polémica. Algunos de sus críticos entre ellos la revista de Literatura Latinoamericana afirman:“Sin embargo, aunque Rulfo no es en propiedad un escritor  indigenista, debido a la laxitud con que el término “indígena” se emplea en la actualidad, no habría inconveniente en englobarle con escritores como el peruano José María Arguedas o el paraguayo Augusto Roa Bastos” [pag. 90].
Luego añade:“En realidad, el personaje mestizo que aparece en la obra de Juan Rulfo coincide con el indígena en una serie de elementos básicos: su aislamiento geográfico, social y psicológico, en definitiva su no integración en el marco social del país al que pertenecen” [p.90]La misma revista anota un calificativo de “indígena” a la gente de los sectores marginales, aún cuando no sean propiamente indios, en los términos netamente sociales. El calificativo en referencia es reclamado siempre que sus condiciones socioeconómicas así lo ameriten.
Estas personas, blancas o mestizas, mientras más postergados se encuentren, se considerarán más indios. Y en sentido inverso, mientras más incorporados estén en la sociedad, ocupando holgadas posiciones, menos indios se sentirán. En resumen, el calificativo de “indígena” tiene aquí una clara connotación económica.
También se suele atribuir un carácter indigenista a cierta narrativa y por añadidura al autor, cuando éste se identifica con su problemática o en su defecto cuando comparte ciertos usos y costumbres de los grupos étnicos nativos.
En el caso concreto de Juan Rulfo, se puede afirmar que por las características citadas es un escritor neo indigenista como fue el caso de nuestro compatriota José María Arguedas (1911-1969) y aunque Juan Rulfo no se haya reconocido como un escritor neo indigenista, sí lo es. Sus temas pertenecen a ese campo, además el propio autor ha efectuado estudios antropológicos en el Instituto Indigenista Interamericano, con sede en la capital de su país.
El mismo autor proviene de un pueblo pequeño y serrano como es Sayula, en el Estado de Jalisco.
Tal vez quiso jugar al misterio. En cuanto a su filiación como escritor, pareciera que el propio autor se prestó para ello. Pues supo eludir muy bien definirse como escritor adscrito a una determinada corriente literaria.
Podría haber sido una habilidad en Rulfo para crear así una mayor expectativa en torno a lo que escribió. Y a este juego de las indefiniciones también probablemente se han prestado algunos críticos literarios. Se pretende hacer de la obra de Rulfo algo misterioso, difícil de ser definido, cuando lo cierto es que tal obra no es otra que una temática regional y neo indigenista, que por las formas como él narra, ha alcanzado una proyección universal.
Pero volviendo a los protagonistas de Rulfo, estos son mayormente mestizos e indios, siendo los problemas socioeconómicos comunes a ambos, en los que se pueden incluir también a los blancos desposeídos.
Aquí no se trata pues del enfrentamiento de blancos o mestizos terratenientes contra indios, que mantienen su propia identidad cultural y viven en sus comunidades. Esto se debe  tomar muy en cuenta para efectuar un claro deslinde.
Por otro lado, conviene señalar que en su novela Pedro Páramo, sus personajes indios comparten su desdichada suerte, el de la pobreza y la orfandad junto a mestizos, blancos, etc.
Pero la cosmovisión y el pensamiento de sus protagonistas no son occidentales, sino autóctonos  y regnícolas. La cuestión radica en que dichos personajes no se reconocen como tales, porque no hemos podido encontrar una caracterización social de ellos por parte de su propio autor. Mas, esta situación no es única en Méjico, porque también lo comparten otros pueblos de América, entre ellos el Perú. Sin embargo, entre Méjico y Perú existe una clara diferencia  con respecto a la postura que toman blancos y mestizos, pobres y relegados, ambos frente a los indios.
En el Perú, pese a la situación de postergación y relegamiento de ciertos grupos blancos y mestizos, que los colocaría en la misma situación de marginación social de los indios, no se reconocen, por esta situación, como indios; ya que, en este caso, la palabra “indio” vendría a ser sinónimo de indigente o postergado. Pero ni siquiera por este lado se admite el calificativo de indio, porque se quiera reconocer o no, el calificativo de “indio” entre peruanos equivale a una mentada de madre, es decir a insulto y a exclusión social.
´Factores gravitantes en la temática de Juan Rulfo
En la producción narrativa de Rulfo es bueno tomar en cuenta dos aspectos importantes. El primero es su formación como escritor y el segundo, el ambiente o escenario que le sirve de temática.
     En cuanto a su formación como escritor, Rulfo tiene como su principal paradigma o modelo al escritor norteamericano William Faulkner (1897-1962), de quien recibió notable influencia.
La producción literaria de Juan Rulfo está igualmente influenciada por dos importantes hechos históricos como es la Revolución Mexicana y la Rebelión de los Cristeros. Recordemos a propósito que Rulfo nace en 1918. Un año después muere asesinado el caudillo agrarista Emiliano Zapata (1877-1919)y luego de 5  años, en 1923, moriría también asesinado Pancho Villa (1877-1923), el Centauro del Norte.
     La Rebelión de los Cristeros acaece cuando Rulfo aún era un niño (1926-29). Esta última guerra intestina, a diferencia de la primera, que fue todo un movimiento nacional revolucionario, surge con marcados tintes contrarrevolucionarios y estaría circunscrita a los estados de Colima, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Zacatecas y Guanajuato. Ella insurge contra el gobierno federal para derrocarlo, lo cual equivalía a derrocar a la Revolución    Mexicana de 1910 y a la Constitución de 1917. Detrás de esta intentona contrarrevolucionaria y golpista  estaban los terratenientes, ligados a la Iglesia Católica de México, la cual era controlada por los jesuitas, contando con el apoyo de los bancos y empresas petrolera extrajeras.