viernes, 7 de diciembre de 2012

Don Francisco González Pino,una semblanza del escritor Julio Garrido Malaver.


Autor  : Julio Garrido Malaver.
Una mañana se levantó llorando la tía Clementina; llorando desesperadamente. Y aseguró que graves, muy graves y terribles amenazas pendían sobre la vida de su marido, quien no sabría nunca de las tribulaciones premonitorias de su mujer.
La desesperada mujer aseguró haber soñado que a su marido lo perseguía, furiosamente, un enorme toro negro; que su Wenshe iba montado en un brioso caballo blanco, desbocado; que el tal caballo después de arrojar por tierra a su jinete le había destapado los sesos a coces. Y todavía más, que ella, doña Clementina, sin saber cómo ni por qué, siempre entre sueños, tenía en las manos una cesta de naranjas.
 Y lloró y lloró.
Emilio dijo que no había que creer en el Oráculo viejísimo que su tía consultaba desde hacía muchos años. Y sostuvo que él, Emilio, moriría primero que su sano y vigoroso tío.
Pero sin mayores preámbulos, el tío Wenshe, de la noche a la mañana, cayó mortalmente enfermo.
El primer día, dijo que no se levantaba de su cama porque sentía nada más que un poco de cansancio. Se burló de todos cuando le ofrecieron traer a don Pancho González de Uchucmarca, que en aquella época se encontraba en sus tierras de Chómal, sólo a muy pocas leguas de Púsac. Y con envidiable humor, agregó que el los enterraría a todos; y que por consiguiente, no se preocupa­ran mayormente por su salud.
Pero Emilio ensilló su caballo y muy de madrugada se fue en busca del mentado cura males, quien, al anochecer, ya estaba en Púsac.
Don Pancho González era, entonces, un verdadero Patriarca. Conocía a sus pueblos ms que a sus propios hijos; y como a tales les prodigaba sus auxilios siempre generosos y desinteresados.
En su amada Uchucmarca, con una prodigiosa inteligencia y su fecundísima imaginaci6n creadora, se había constituido, con "el tiempo y sus aguas", como solía decir, en el verdadero paño de lagrimas de todo ser viviente.
Sabía de Leyes tanto como de gobierno, de hombres y de pueblos.
Agricultor próspero no ignoraba algunos importantes aspec­tos de la Ciencia Agrícola Moderna. Hacía muchos años que se encontraba empeñado en que otros agricultores lo imitaran en eso de abonar las tierras y prodigarles agua de regadío. Pero en lo que más aguzó su ingenio fue en el ejercicio de la Medicina humana y en la medicina de animales. Nunca estuvo, ni por un segundo, en Universidad alguna o en Instituto. Tenía muchos libros antiguos, como el "Buchan" y otros, en los cuales estudiaba la medicina humana. Y, sobre todo, poseía una muy aguda intuición médica, clínica, que le permitía diagnosticar, con acierto, las enfermedades más extrañas, y, más aún, combatirlas con asombrosa eficacia.
Sus medicamentos preferidos eran sumos de hierbas y de raíces, pero no desechaba el uso de los fármacos modernos de los que esperaba, para el futuro, verdaderos milagros.
Los naturales se defendieron siempre de todos los males con artilugios y pócimas de brujos y curanderos. Pero de lo que casi nunca se salvaron fue del "costado"; sin embargo don Pancho González llegó a ostentar el meritísimo orgullo de combatir tan terrible afección que no era otra que la mortal neumonía.
A sus enfermos del "costado" les hacía beber una dosis de querosene, infusiones calientes de hojas y raíces y emplastos de frutos, cortezas y flores, que aplicaba en pecho y espalda del enfermo que antes de nada frotaba con vinagre, moho de frutas y barro podrido.
De conocer la técnica de don Pancho González, los Médicos de estudio le hubiesen envidiado y con razón.
Sabía encontrar índices delatores de enfermedades en el pulso tomado en la muñeca de la mano, igualmente, en las palpitaciones del estómago y de las sienes.
Conocía de los reflejos nerviosos. Auscultaba al oído, pulmo­nes y corazón. Revisaba la lengua del paciente. Y todo signo externo, por más insignificante que fuera, era tomado en cuenta para cada caso. Pero su mayor habilidad la demostraba cuando, de un rápido examen al ojo de la orina de una persona, podía deducir la gravedad del mal.
Una vez, estando don Pancho González en la fría Cajamar­quilla (hoy Bolívar, Capital de la provincia de igual nombre,Departamento de La Libertad-Perú), bebiendo en compañía de sus amigos, vio llover orines de los balcones de una casa vecina a la cantina en que estaban, y luego de meditar apenas unos instantes, sentenció
- ¡Mañana tendremos velorio en la casa de a lado, en los altos!
Ante el temerario anuncio todos se echaron a reír, y para negarle autoridad a su pronóstico, acto seguido lo condujeron a la presencia del vecino sindicado que resultó ser un famoso tinterillo quien declaró, a instancias de sus visitantes, que era un hombre feliz y que jamás había padecido ninguna enfermedad grave. Riendo a carcajadas aseguró que viviría por lo menos hasta cumplir cien años de los cuales apenas si había cumplido los primeros cuarenta. Pero sucedió que al siguiente día murió el tinterillo, de cólicos renales y vaya uno a saber de qué más, sin dar tiempo para que buscaran curandero o dieran con don Pancho González que había amanecido de jarana.
El noble curador de males nunca hacía alarde de sus diagnós­ticos y de sus famosas curaciones pero sí de la fecunda imagina­ción que le permitió crear infinidad de historietas con las que divertía a las gentes, en cualquier velada, y sobre todo a los niños que eran sus mejores amigos.
Era un prodigio de creador. Un fantaseador impar por aquellos mundos. Y habría sido considerado como un genio verdadero en cualquier rincón de la tierra que no hubiera sido la suya.
En Uchucmarca, en eso de sus "cuentos", tenía algunos mulos notables, corno don Manuel Puerta, don Felipe Llaja y otros, pero ninguno ganó la categoría de ser su cercano imitador.
Además, su sentido de humanidad lo acercaba a todos los hombres con extraordinaria facilidad. Varias generaciones tienen que reconocerle su valioso concurso intelectual.
Si por aquellos mundos un día fuera posible erigir una estatua a la superación humana, tendría que ser una estatua a don Pancho González o a su contemporáneo don Wenceslao Montes, ambos símbolos de aquellos pueblos en procura de grandeza que nadie ha tenido siquiera la diligencia de suponer.
Don Pancho era un hombre delgado, alto, huesudo, de frente amplia, fina boca y unos bigotazos engreídos como dos cornupias de oro tentadas ya por los temblores de fina plata de tiempo.
Pues bien, don Pancho hizo el examen  médico ms breve de su vida ya que se limitó a tomar el pulso y observar la orina del enfermo. No dijo nada ni ordenó, ni dio receta alguna para el paciente, que no se mostró abatido sino más bien afirmó rotunda­mente que al día siguiente estaría ya en pie como siempre. Pero la verdad era otra y solo la sabían el enfermo y su sabio amigo.
Después de una larga y detenida charla, hecha ya la buena comida, don Pancho soltó la lengua contando sus acostumbrados y sabrosos "cuentos", todos, aquella vez, nuevos y referentes a la vida y milagros de los templinos y de sus tierras. Uno de tales "cuentos" es el que sigue:
- Una vez, —comenzó diciendo. —caminando por estos lares se me cansó el caballo, que era de alquiler y no de los que yo crío. Y como se me hizo tarde resolví que sería mejor para el animal acampar en cualquier parte hasta el día siguiente. Más, como no estaba en mis planes, —afirmó— me encontré en un duro aprieto, pues, si es verdad que para el caballo esmirriado, había como siempre buen y abundante pasto, en cambio para mi hambre yo no llevaba ni una reseca cachanga. Y lo peor del caso fue que yo tenía tal hambre que me consumía como la propia fiereza del calor; felizmente recordó que llevaba en mi alforja viajera algunas buenas naranjas de Tullpac. Y no sé cuantas de ellas me comería, pero el hambre se me durmió y yo también me quedé dormido.
En la nueva mañana que se hizo, al despertar, me encontré, al parecer en otro mundo distinto al que me había recibido la tarde anterior. ¿Cómo? Me pregunté. Y me puse a caminar de un lado para otro, sin poder encontrar una salida. Y sólo después de pensar un poco tuve que resolver lo que haría.
- Pero, ¿por qué no había salida? --Preguntó alguien. A lo que don Pancho contestó muy serio:
- Pues, porque me encontraba yo en un bosque tupido de naranjos en flor... Y tuve que derribar algunos de ellos con mi machete en dos filos, para poder salir, encontrar mi caballo y proseguir el viaje.
- ¿Pero quién lo llevó a ese bosque de naranjos en flor?
-Alguien volvió a preguntar, a lo que don Pancho contestó más serio que nunca:
- Nadie. Pues sólo había sucedido lo siguiente: como ya lo dije, comí varias naranjas y ustedes comprenderán que yo no me comí las pepas... las mismas que fui arrojando a mi rededor.
Y como estas tierras de Púsacc son tan fértiles, pues, las tales pepas germinaron, crecieron las nuevas plantas y se hicieron bosque florido mientras que yo dormía y reparaba sus fuerzas mi caballo.
Todos rieron de La gran "lata", menos don Pancho que se quedó muy serio y más fresco que una lechuga.
Era tarde, cuando todos se recogieron a dormir. Don Wenshe pidió hablar a solas con su amigo. Y nada más de lo que va en seguida se dijeron.
- Bueno, Pancho, es el final. ¿No es cierto?
- ¡Hombre de Dios... yo... yo no diría tanto!  Más despacio, más despacio. . .!

-  Quieres decir que ms despacio lo llevaron al difunto, y Jo llevarán. Bien. ¿Sabes? Yo no tengo miedo. Y simplemente que ya estoy llegando a la última esquina de la vida. ¡Si no quieres, pues, no me digas nada!  ¡Pero yo bien sé lo que tú sabes y lo que estás pensando!
-  No tienes nada de que arrepentirte para estar preocupa­
-  ¡Quizá!
-  ¿Hay algo que yo podría hacer por ti?
-  ¡Tan sólo que sigas siendo, para nuestras gentes, lo que has sido siempre, lo que has sido hasta hoy día para mi!
-  Eso, Wenceslao, no lo dudes!
- ¡Ah, y griten, griten mucho, para que se haga la carretera!

¡Esa carretera es nuestra esperanza, es el porvenir y la futura seguridad de nuestros pueblos! ¡Será nuestra salvación! iYo estaré con ustedes en la hora de la alegría! ¡En la inauguraci6n de nuestra carretera! ¡Nunca los abandonar! Nunca!
Los viejos y buenos amigos se abrazaron efusivamente. Eran, siempre lo habían sido, dos soñadores, con la única diferencia que habían elegido caminos diferentes.
Don Pancho triunfó desde el primer día y habrá de ser eterno su recuerdo. Y don Wenshe había visto, apenas, un destello luminoso, el posible triunfo de sus grandes y generosos sueños... Pero no importaba! ¡Es que eran muchos sueños, muy grandes sueños! ¡Y Jo que era mis, todos se podrían realizar; ahora lo veía más claro!
Los familiares de don Wenshe ignoraban la verdad, sólo Emilio fue debidamente informado de la gravedad de su tío. ¡Y lloró como hombre! ¡Lo había llegado a querer tanto! ¡Lo amaba como a un padre ya que tan sabia y tesoneramente lo había puesto en su verdadero camino! ¡Y cuando comenzaba a ser verdaderamente feliz, lo dejaría todo! ¡Oh dolor y pena! Pero l cumpliría con todo lo que faltaba y en la medida que le fuera posible!
Para el resto de la gente, éste fue el informe: que el enfermo guarde cama el mayor tiempo soportable. Y para Rosalía fue el encargo siguiente
- Rosalía, no olvides de darle a tu tío agüita  de flores de naranjo, y nada más, no necesita nada más
Pero los días que se sucedieron fueron realmente terribles. Algo asestaba y golpeaba con duros puños. Algo dolía muy en hondo y pocos podían saber lo que era.
Don Wenshe no lo demostraba pero hacía ya mucho que había comenzado a morir.
Don Salomón Tucta a quien ya no Jo desamparaban ni un solo instante, se puso todavía peor. Gritaba y lloraba. Y afirmó que a el lo esperaba el mismo camino que al loco Wenshe, el principal enemigo de su bosque.
¡Cuánta pena en medio de tanto florecimiento!
Pero también alegra en la travesura del hijo de Eufemia y Atanacio. Había pasado el terror por las víboras.
Rosalía se sentía muy feliz porque se crea en cinta, pero como resultó que no era cierto su estado, tal desilusión agravó los pesares de toda la familia, pesares todos producidos por la creciente gravedad de tío Wenshe.
Fueron muchas las semanas angustiosas, y durante todas ellas el enfermo no desperdició oportunidad para aconsejar a todos sus sobrinos y a las mujeres de sus sobrinos. Afirmó una y otra veces, apasionadamente que los menores Tucta y todos los niños de aquellas tierras, serían los verdaderos y felices dueños del futuro que advendría pleno de grandezas.
Con Emilio platicaba horas de horas, y ambos, de muy buen grado, terminaban de acuerdo en todo. Pero la hora final se acercaba más y más.
Y fue un 23 de Noviembre de 1924, el día señalado. Por quien todo Jo señala y determina. Desde muy temprano comenzó la última agonía, pero don Wenceslao Montes lo negaba con increíble persistencia. Recostado en su cama sobre un grueso almohadón, decía muchas cosas y reía. Ya no quiso tomar ningún alimento. Cuando se hizo la poche ms pesada del mundo olvidándose de traer a la Luna, el enfermo pidió que encendieran todas las lámparas y candiles de la Casa. Después, le suplicó a su mujer que le lavara la cara y lo peinara. Luego exigió que lo vistieran con el mejor de sus ternos; que le pusieran su cadena de oro con su Longines Tres Estrellas; que le calzaran sus zapatos de charol comprados en la Zapatería del maestro Zurita de Cajamarca; y que, finalmente, le sirvieran un poco de miel y yucas sancochadas de su amado Púsac, potaje que ingirió , saboreándolo, tranquilamente.
Después se puso a cantar:
"Mañana cuando me muera
que me pongan mi sombrero
no sea que en la otra vida
me asalte algún aguacero.
Le dieron su sombrero negro de paño, el que se caló con mucha gracia. Miró a todos. A todos les dio su bendición. A Emilio algo le dijo y sólo para él.
Luego preguntó cómo estaba la noche; y le informaron que muy clara pero todavía con muy pocas estrellas, lo cual no dejaba de ser extraño, y a lo que él aludió con ironía:
- ¡Ellas estarán muy ocupadas preparándome la grandiosa recepción que me deben! —Rió de buena gana.
Entonces, hizo prometer a todos que nadie lloraría por él, porque se iba feliz de saber que por aquellos mundos que seguiría amando "hasta e fin de los fines", había comenzado a ser buena la vida.
Y ordenó que por nada de la tierra se quedaran sin la carretera que los sacaría a la luz para llevar luz para todos.
Finalmente se puso de pie; volvió a contemplar a su gran familia, y sonriendo, con voz muy clara y dirigiéndose a su personaje visible sólo para él, dijo:
- Pasa, buenamoza, pasa, no te hagas esperar más! ¿Ya es hora, verdad? Y riendo anchamente agregó: —pero por más que ya me ames, y por lo mucho que te amo yo, no he querido darte el gusto de recibirte en cama... Tú sabes que siempre estuve de pie... Y sobre mis propios pies voy ahora a tu encuentro...
¡Vamos!  ¡Vamos ya! - Y dio nada más que dos pasos y se desplomó. ¡Estaba muerto!
En su rostro consumido por el amor, la pena y el dolor muy hondos, todavía se dibujó su última sonrisa.
Todas las luces de lámparas y candiles de la casa palidecieron corno ramilletes de flores de naranjo.
Apenas si movió sus hojas el cañamelar, cual si un discipli­nado ejército sinfónico hubiese presentado armas...
El rio dejó oír más hondo su idioma de plata.
Las cumbres vibraron como banderas izadas al tope. En el Cielo comenzaron a estallar las estrellas.
Y las voces de la tierra, que el anciano muerto amó tanto, se hicieron elevada oración de infinito.
¡Todo lloraron una sola clase de lágrimas!
¡El pequeño hijo de Eufemia, señalando al muerto con su diminuto índice, sonreía y sonreía. ¡También el muerto estaba sonriendo... !
Aquella, fue la última lección del padre de tantos y tan bellos sueños...!  (Tomado de la novela "el Camino  que no llegó", Capitulo titulado:"De la última lección)
Nota: Uchucmarca es pueblo y distrito de la Provincia de Bolívar,Departamento de La Libertad,República del Perú.
Cajamarquilla es el actual pueblo y distrito de Bolívar, de la provincia de igual nombre, en el Departamento de La Libertad,República del Perú.Adoptó el nombre actual en 1940.

sábado, 27 de octubre de 2012

Entrevista al escritor Colombiano Carlos Vidales Rivera.



Entrevista de Ramiro Sánchez Navarro.
Carlos Vidales Rivera (Bogotá, 1939) es escritor, periodista e historiador y además de ser profesor jubilado de la universidad sueca de Estocolmo. Desde 1980 radica en Suecia, habiendo radicado anteriormente en Perú, Chile, Argentina, Uruguay y México.
Carlos Vidales Rivera en su peregrinar por el mundo ha tenido la oportunidad de conocer  a muchos personajes  de la  política y de la literatura, etc. de Colombia y de muchos otros países, entre ellos el  Perú, donde conoció personalmente  a José María Arguedas Altamirano(1911-1969). Para hablar precisamente sobre este escritor peruano y sobre temas vinculados  al problema de violencia política en Latinoamérica y otros tópicos de actualidad, he creído muy importante entrevistar a este distinguido escritor y político de la  hermana república de Colombia.
RAMIRO SANCHEZ NAVARRO (En adelante RSN):- Bueno ya sé que es usted colombiano, quiero preguntarle de cajón ¿Cómo y en qué circunstancias conoció al escritor José María Arguedas Altamirano? ¿Cuándo usted lo llegó a conocer?
CARLOS VIDALES RIVERA (en adelante CVR).- Lo conocí a comienzos de 1969, en mi primer día de llegada a Lima, de manera casual. Ese día visité la librería de Paco Moncloa, en el marco de la Plaza San Martín, y trabé conversación con Sybila Arredondo, quien me contó que ella era la esposa de Arguedas y que me lo presentaría, pues estaba por llegar allí a buscarla. En efecto, Arguedas llegó, fuimos presentados y de inmediato se produjo una conversación muy amistosa sobre viajes, literatura y Arguedas comentó que le gustaba mucho la poesía de mi padre (mi padre es el poeta vanguardista Luis Vidales, de Colombia). Al rato dijo Arguedas: "Quiero invitarlo a comer a mi casa, ¿qué le parece?". Yo acepté encantado y nos fuimos los tres, Sybila, José María y yo para su casa de Los Ángeles (Chosica). Pasamos conversando toda la tarde, a las pocas horas ya nos tuteábamos y al atardecer me ofreció una pequeña habitación en el altillo que había en su casa, para huéspedes, en calidad de invitado. Como yo todavía no había tenido tiempo de buscar hospedaje, acepté y a partir de ese momento quedé viviendo allí. Diría que fue una amistad clara, franca, desde el primer momento.
RSN.- ¿Cuánto tiempo pasó en la casa de Arguedas? ¿Creo vivía por Chaclacayo, no?
CVR.- Viví en la casa de José María desde enero de 1969 hasta el día de su muerte.
RSN.-  ¿Cómo era Arguedas en su trato con usted? ¿Diría usted que era un hombre alegre, comunicativo o una persona triste y preocupada?
CVR.- Conmigo (y con todos, según pude ver) era comunicativo, sencillo, muy generoso y también muy curioso. Siempre hacía preguntas sobre los países y gentes que no conocía, se interesaba mucho por la vida de los humildes y desposeídos. Le gustaba que yo le contara chistes de otras culturas y sociedades y me contaba muchos chistes de las regiones andinas. Raras veces lo vi triste, aunque en la conversación contaba con frecuencia cosas muy tristes y amargas de su niñez. En suma, creo que ocultaba sus depresiones. Algunas veces buscaba la soledad, tocaba la guitarra y cantaba canciones andinas.
RSN.- ¿A qué causas podría usted atribuir la vocación  suicida de Arguedas?¿Era porque quizás  tenia una enfermedad crónica e incurable o porque su niñez, vivida entre los indios de su comunidad lo hacían sentir un ser desgraciado, habida cuenta que él era un blanco, nada menos que hijo de un abogado, casada con una gamonal o hacendada?
CVR.- Eso ha sido muy discutido y él mismo dio muchas veces las claves de su suicidio. Siendo niño fue arrojado a vivir con los indios de la hacienda (no de la comunidad), como un paria, y ellos lo recogieron y le dieron todo el amor y la ternura que sus propios parientes le negaban. Su infancia fue muy desgraciada. A los trece años quiso morir, se le apagó la llama de la vida.
RSN.-  ¿Usted vivía en la casa de Arguedas cuando  él se suicidó?
CVR.-  Sí, pero él no se suicidó en la casa sino en su despacho de la Universidad Agraria de La Molina.
RSN.-  A su juicio, ¿Arguedas tenía algún ideario político, alguna propuesta política, rescatable y valedera, concretamente para el  Perú de aquella época?
CVR.- Arguedas fue comunista en su juventud y estuvo en la cárcel (El Sexto) por haber participado en una protesta contra un dignatario fascista que visitaba al Perú. Fue marginado del Partido Comunista y condenado al aislamiento por haberse separado de su esposa y haberse casado después con la chilena Sybila Arredondo (la Unión Soviética jamás le dio visa para viajar allá, por recomendación del Partido peruano). Esto le causaba enorme tristeza y amargura. Nunca abandonó el ideario comunista y siempre fue recibido con enorme cariño por Cuba y los cubanos. Sus propuestas políticas eran las de Mariátegui.
RSN.-  Usted ha escrito un interesante articulo sobre la “Lucha Intercultural” de los pueblos, en el que concretamente se refiere al “Yahuar Fiesta”, que Arguedas lo ha plasmado en un libro de relatos. ¿Este tipo de saberes de la cultura andina lo obtuvo a través de Arguedas?
CVR.-  A mí José María me enseñó a entender el Perú. Todo lo que sé de los pueblos andinos se lo debo a él, porque él me enseñó a estudiarlos y amarlos.
RSN.-  ¿Ha tenido usted la oportunidad de conocer el Perú profundo, por ejemplo Apurímac, donde se celebra la “Fiesta de sangre”? ¿En Colombia  tienen ustedes este  tipo de luchas interculturales o  alguna  otra forma de manifestarse?
CVR.-  Sí, he estado en las regiones andinas del Perú, algunas veces recogiendo información para Arguedas, y otras veces, más tarde, en viajes propios míos de estudio y observación. En todos los países donde hay diversas culturas y luchas interculturales, hay expresiones, fiestas, carnavales, rituales, que expresan esas luchas. En Colombia hay una gran riqueza de esas expresiones pero yo no las he estudiado en profundidad.
RSN.-  Aparte de Arguedas, ¿a qué otros escritores peruanos ha tratado o conocido? ¿Qué opinión le merecen César Vallejo y Ciro Alegría Bazán?
CVR.-  Conocí al excelente poeta Javier Sologuren por su amistad con Arguedas. Tuve trato ocasional con muchos poetas jóvenes de las décadas de los años sesenta y setenta. Soy ferviente admirador de César Vallejo, a quien le dediqué varios poemas en mi juventud. De Ciro Alegría tengo muy buena opinión como novelista y narrador, aunque no comparto del todo su visión del mundo indígena, pues me guío por las palabras de Arguedas: "Ciro Alegría tiene grandes méritos como indigenista, pero no hay que ser indigenista, hay que ser indígena".
RSN.-  Ahora cambiando de tema, usted como historiador que es ¿a qué factores atribuiría la violencia política en América Latina, donde Perú y Colombia ocupan un lugar preferencial?
CVR.- Siempre hay muchos factores que contribuyen al ejercicio de la violencia social y política, pero los más importantes, me parece, son: la opresión económica y social, las terribles desigualdades, la injusticia en las relaciones interculturales, la resistencia de los detentadores del poder a compartir los recursos y beneficios del país, la falta de expectativas y de horizontes de progreso para los desposeídos, la arrogancia cultural y étnica de los poderosos, en suma, todo el sistema de injusticias, humillaciones, explotación y discriminación.
RSN.- ¿Usted cree que es difícil  alcanzar el estado de bienestar general en todos los países de América Latina dentro de nuestros sistemas democráticos y representativos?
CVR.-  Es que no hay sistemas "democráticos y representativos" en América Latina. Hay algunos países que se están librando de ese engaño, poco a poco, pero ha costado mucha sangre, mucho sudor y muchas lágrimas. Solamente la unidad de los pueblos y la lucha de los pueblos garantizan la conquista de los derechos de la gente. Es un camino difícil, largo, escabroso y lleno de avances, retrocesos y vueltas a empezar. Los sistemas establecidos han sido hechos para explotar y oprimir a los pueblos. No se puede usar esos sistemas para otra cosa.
RSN.- ¿Considera usted que el socialismo es la respuesta a los problemas que la humanidad confronta en los países del Tercer Mundo? ¿Qué es para usted el socialismo siglo XXI?
CVR.- El socialismo es la única alternativa visible de nuestra época. Pero el socialismo debe corregir los terribles errores cometidos a lo largo del siglo pasado, perder el miedo a la crítica y a la autocrítica, aprender a respetar la participación de muchas y diversas corrientes y propuestas y aprender a construir la verdadera democracia popular. Eso tendrá que ser el socialismo del siglo XXI, o del siglo XXII, o del siglo que sea. El socialismo debe nacer del humanismo y debe engendrar humanismo permanentemente.
RSN.- ¿Qué rol le asigna usted a los llamados  “caudillos salvadores de la patria” o “líderes iluminados” en el progreso de los  pueblos, sobre todo en los países de América  Latina?
CVR.- Han cumplido algún papel, cumplen ahora algún papel, pero son al mismo tiempo obstáculos formidables para el desarrollo de la verdadera conciencia revolucionaria de los pueblos. No hay que depender de profetas, salvadores, mesías, guías esclarecidos, líderes infalibles. Hay que depender de la permanente, constante, incansable cualificación política de los pueblos.
RSN.- ¿ Para usted, la felicidad, el bienestar y la realización personal guardan más relación con las oportunidades que le pueda brindar un determinado sistema social, económico y político imperante o es ante todo producto del esfuerzo  personal del individuo dentro de la sociedad, cualquiera que fuera su tipo?
CVR.- Para mí, “felicidad, bienestar y realización personal” dependen no solamente de lo que la sociedad me pueda dar, sino de lo que yo pueda hacer para participar activamente en el perfeccionamiento de la sociedad. Es imposible ser feliz y sentir bienestar en una sociedad donde la mayoría es infeliz y carece de bienestar.
RSN.-  A su juicio, ¿cuáles son las amenazas y desafíos del mundo de hoy? ¿Cuál cree que es el futuro que le depara a la humanidad en su conjunto?
CVR.- Amenazas y peligros gravísimos: las guerras imperialistas, la destrucción de las condiciones necesarias para una vida humana justa. No me atrevo a hacer predicciones sobre el futuro. Solamente opino que si no somos capaces de conjurar esas amenazas, esos peligros, estaremos condenados, todos, a la muerte de la especie.
RSN.- Usted que ha vivido siempre en el destierro, lejos de Colombia, su país, ¿como ve su situación de exiliado político? ¿Cómo un accidente en la vida, bastante natural o como algo dramático o trágico y del que usted siempre tendrá que lamentarse?
CVR.- El exilio, el desarraigo, es siempre una cosa indeseable aunque uno haya sobrevivido y logrado establecerse en otras tierras. Pero no hay que lamentarse porque no es un accidente ni una tragedia sin salida. En mi caso, cuando emprendí la lucha política, sabía de antemano que la muerte o el exilio eran riesgos que debían aceptarse y afrontarse. Por otra parte, en el exilio aprende uno muchísimas cosas útiles para corregir errores y continuar la lucha.
RSN.-  Ahora que usted radica en Suecia y al parecer usted se ha adaptado muy bien al medio social y geográfico, ¿qué virtudes le encuentra a esta nación?
CVR.-Tengo mucha gratitud hacia este país que me ha dado asilo, trabajo y libertad. Aquí nacieron mis hijos, que son lo mejor que yo he hecho en la vida (con alguna ayudita de mi esposa, claro). Como cualquier otro país, tiene cosas buenas y malas, sufre crisis y experimenta períodos buenos, etc. Tiene una rica cultura y un pueblo muy laborioso. Sus gentes respetan la naturaleza y aman la vida. Aquí se aprenden muchos valores esenciales para la existencia humana.
RSN.- Para terminar, quiero preguntarle si usted ya se decidió a escribir sus memorias. Pues por lo visto usted tiene muchas cosas que contar de sus andanzas por el mundo. Seria muy valioso que de verdad escribiera usted sus memorias.
CVR.-Las memorias suelen ser monólogos en los que uno le cuenta a los demás las cosas buenas que ha hecho y se calla las otras cosas menos bonitas. Además, son como ejercicios de narcicismo. Preferiría escribir, como testigo, sobre los hechos que he presenciado o que han ocurrido en el transcurso de mi vida, tal como yo los juzgo y analizo. Pero no sé si lo haga.
RSN.- Bueno esperemos que lo haga. Muchas gracias por sus importantes declaraciones.



sábado, 13 de octubre de 2012

Grau,Tierra Bravia y Legendaria,una obra interesante.



Comentario de Ramiro Sánchez Navarro
En setiembre del 2012 salió a la luz de la publicación la obra  titulada:”Grau, tierra bravía y legendaria”, cuya autora es Gladys Valenzuela Gómez, oriunda precisamente de la provincia de Grau, Departamento de Apurimac, República del Perú.
La obra en mención es como su propia autora lo señala: Un estudio monográfico de la provincia de Grau, una comarca alto andina apurimeña, la cual consta de 153 páginas y ha sido dividida en doce capítulos, los que guardan relación con sus temáticas: Datos generales sobre su ubicación y extensión geográfica, su demarcación territorial, creación política, etc., al que le siguen los capitulos sobre Geografía,Historia,Economia,Salud,Educación, Transportes y Comunicaciones, Turismo, Folclor o saber del pueblo, Crónicas de Fiestas Costumbristas, Relatos costumbristas , Creencias y supersticiones.
Nos parece muy bien que haya personas  así, interesadas por dar a conocer sus lugares de procedencia mediante estudios monográficos, etc., ya que de esa manera están contribuyendo al conocimiento de sus regiones y como la propia escritora lo puntualiza en la parte introductoria de su trabajo:”para conocernos a nosotros mismos, los unos a los otros y a nuestra región”, que ha juicio de ella y nuestro “son muy importantes, ya que así estaremos conscientes de nuestras posibilidades de desarrollo , de progreso y de bienestar. Así, conoceremos además de nuestros recursos materiales y naturales, de nuestros alcances y limitaciones, etc.”
La obra, según nuestro criterio, es bastante meritoria, porque no solamente registra datos fríos y meramente descriptivos de la citada provincia, sino que tras exponer la problemática en cada sector de la sociedad grauina, plantea alternativas de solución, que deberían ser tomados muy en cuenta por el gobierno, pero particularmente por las autoridades de la provincia de Grau.
A través de sus páginas, el lector podrá conocer su fascinante historia, la misma que se pierde en el tiempo y que está indisolublemente emparentada con los quechuas y los chancas. La autora nos describe los hechos más importantes y saltantes acaecidos en su comarca desde épocas pretéritas hasta el presente, de nuestra etapa republicana. Nos habla además, de los platos y bebidas típicas de su zona, así como  de otros usos y costumbres de su encantador terruño, que es un pueblo alegre y viril, que sabe ser industrioso, que canta y baila y que se ha caracterizado desde los tiempos de la colonia por la crianza de ganado caballar y vacuno principalmente. Por lo demás, el título de la obra nos parece muy atinado y muy elocuente, puesto que la provincia de Grau ciertamente es una tierra bravía y legendaria, merced a  sus esforzados moradores, hombres y mujeres, sencillos y hospitalarios, que se dedican a actividades rudas como son los arreos del ganado por esas verdes praderas, de tierras onduladas y agrestes, al son de hermosas canciones como son los toriles o wacataquis, la doma de caballos chúcaros, la lidia y monta de toros bravos, aparte de otras actividades que guardan relación con la agricultura y el comercio. Por último, debemos felicitar a  su autora, Gladys Valenzuela Gómez, por sacar a la luz de la circulación una interesante obra que sin duda alguna contribuirá a acrecentar la cultura de la provincia de Grau y el conocimiento de la misma.

miércoles, 18 de julio de 2012

Entrevista al escritor Dante Castro Arrasco.



Entrevista de Ramiro Sánchez Navarro.
Dante Castro Arrasco (1959), nació en El Callao, y por lo tanto es chalaco de nacimiento. Es un escritor de la nueva generación. Su creatividad literaria le ha hecho merecedor a varios premios nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Casa de las Américas de Cuba. Conscientes de su valía intelectual y de sus ideas políticas, hemos querido dialogar con él para conocerlo un poco mejor y para conocer su opinión sobre su narrativa, además de sus inquietudes sociales y políticas, entre otros temas. Dante  es egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,de LIma-Perú, donde se especializó en Literatura pura. He aquí la entrevista.
RAMIRO SANCHEZ NAVARRO (En adelante RSN).- ¿Tu vocación de literato es por influencia familiar, de tus amigos o porque lo obtuviste mediante tus estudios en el colegio y en la universidad?
DANTE CASTRO ARRASCO (En adelante DCA).-Quisiera decir que todo eso junto, estimado Ramiro. Pero hay prioridades y responsabilidades diferentes. Soy un ser literario, gracias a mi madre. Ella me hizo escritor, lector compulsivo, así como mi padre me hizo cazador, campeón nacional de tiro, etc.; y de la combinación salió el “cuentero de monte adentro” que ahora ves. Lamento decir que la universidad, los estudios de literatura, aportaron muy poco a mi vocación: casi me hacen desertar. En el colegio, dos profesores andinos Lindverght Tello Mejía y Carlos Flores Villafuerte, aportaron mucho; tanto que les dediqué mi primer libro.
RSN.- ¿Desde qué edad escribes y qué es lo que te mueve a escribir? ¿Dirías que la tarea de escribir es para ti una suerte de terapia, de catarsis o un instrumento de lucha y de trabajo?
DCA.- Es un instrumento de lucha. Cuando ya tuve seguridad en el arte de narrar, intencionalmente lo puse al servicio de mi causa. El primer Vargas Llosa, aquel que disfrutaba leer, tiene la teoría de los demonios del escritor. En ella explica los demonios culturales, bibliográficos e históricos, entre otros. La obra literaria de un escritor es el reflejo de procesos más complejos. Somos seres políticos por naturaleza.
RSN.- ¿A qué se debe en ti el hecho de que aún no hayas incursionado en el campo de la novela? Tu nombre de escritor está básicamente asociado a la narración de relatos. ¿Podrías decir que te falta tiempo para escribir una novela, que es una obra de más largo aliento?
DCA.-Borges respondió a esa pregunta argumentando que la novela es un exceso de palabras. Hoy, en el mundo, la novela padece una de sus más graves crisis: no hay novelas geniales que te hagan saltar del asiento o que termines de leerlas de pie. Algo pasa con la novela, algo que nadie se atreve a decir. En situaciones más épicas, la novela resurgirá; no en esta calma chicha del neoliberalismo. En mi caso, tengo novelas en elaboración que, por falta de tiempo, no las he puesto aún al alcance de los lectores.
RSN.-  Debo decir que eres un escritor ya reconocido y laureado con varios premios literarios. A tu juicio, ¿qué crees tú que los miembros de los jurados calificadores a su respectivo turno han premiado en tus obras? ¿Las temáticas?  ¿Tu estilo de narrar? ¿Los mensajes implícitos de tus obras o cuál otro u otros?
DCA.- Imagino que cada jurado ha tenido criterios diferentes a otros. No van a premiar una obra de alto contenido que sea narrada con los pies. Cualquier obra que merezca ser premiada es resultado de una feliz coincidencia entre temática relevante y estilo de narrar.
RSN.- ¿Qué importancia le atribuyes a tus dos volúmenes de cuentos sobre los pishtacos? ¿Tú dirías que ellos son anecdóticos en tu obra narrativa? ¿Quizás un problema social latente aunque no tan notorio o un asunto mágico religioso vinculado a los rituales del mundo andino?
DCA.- Recuerdo que en la selva central me creían pishtaco, porque me internaba solo y sin compañía en el monte y porque nadie me había visto antes en la zona. Además, tenía una barba roja que despertaba más incógnitas. Pero detrás de la anécdota descubrí la pervivencia de un universo mágico que anida no sólo en el imaginario andino, sino en el amazónico. Los migrantes andinos llevan a la Amazonía sus mitos y leyendas. Ya con trabajos de campo que hice para mi frustrada carrera de antropología, descubrí que el pishtaco existe, que no es un mito, tampoco una leyenda. La grasa humana sirve a los chamanes para hacer medicinas, como les servía a los conquistadores españoles para curar heridas causadas por las flechas indígenas. Ellos trajeron al pishtaco. Cada uno de ellos era un pishtaco.
RSN.-  Naciste en El Callao y por lo tanto eres un chalaco de pura cepa y sin embargo tus obras literarias respiran aires andinos y selváticos. ¿Ese afán  tuyo por plasmar en tus obras estampas costumbristas y realidades de esas dos zonas geográficas peruanas responde a un deseo totalizador, a tu identificación con las mismas o a otros motivos que se ignoran?
DCA.- No surgió de un razonamiento previo o intención expresa. Mi mundo fue desarrollándose según viajaba al interior del país. Fue la fuga del mochilero adolescente y también acompañar a mi padre en sus cacerías, lo que me hizo alguien de identidad plural, aquerenciado con el mundo andino y selvático, antes que con mi propia tierra, de la cual recién empiezo a escribir.
RSN.-  ¿Como escritor consideras que el arte debe ser purista o que debe estar siempre al servicio de una causa, que no sea el arte por el arte, como por ejemplo la justicia social, las luchas sociales, las aventuras románticas, .etc.?
DCA.- Mariátegui decía que existían tres expresiones: la literatura pura, la literatura comprometida y el adefesio literario. Sin embargo, el primer número de la revista Amauta está dedicado a José María Eguren, no a un poeta comprometido. Los militantes de izquierda no somos precisamente cultivadores de la teoría del arte por el arte. Objetivamente, el arte es social, sea por dolo, error u omisión. Toda literatura es social, porque la misma intención comunicativa del autor y su existencia material en una sociedad y en una clase, lo hacen así. El arte más puro, aunque no lo quiera su autor, es social. En nuestro lado, el militante no puede juzgar a quienes no lo son con su anteojo ideológico. Para que una obra literaria sea calificada de “revolucionaria”, primero tiene que ser una obra de altísima calidad. Eso lo dijo Mao Tse Tung, pero sus más entusiastas deificadores, no lo entienden.
RSN.- ¿Qué temas o asuntos te gustaría plasmar en tus obras y que a tu juicio aún no lo has tocado? ¿Por qué serian relevantes?
DCA.-Hay cosas que le debo a mi conciencia literaria. Por ejemplo, no existe en el Perú una tradición narrativa sobre el narcotráfico. No hay novelas sobre el narcotráfico, y si hay algunas, carecen de relevancia; tanto así que no las conocemos. Ahora estoy dedicado a hacer un volumen de cuentos exclusivamente de mujeres, donde en cada cuento la mujer sea el eje principal y sus actitudes ante ciertos desafíos de la vida se convierten en centro del argumento.
RSN.- ¿Como ves la industria editorial en el Perú? ¿Consideras tú que las editoriales acogen  las obras de los escritores basadas en la fama del autor o porque el contenido de las mismas les resulta interesante?
DCA.- Las transnacionales de la cultura no van a publicar a autores de temáticas andinas, selváticas o populares. Mucho menos a narradores socialistas, comunistas, anarquistas, revoltosos y anti sistema. Hay una intención expresa de desmotivar al lector, de despolitizarlo, de cambiar su óptica del mundo. Por eso privilegiarán obras que nada dicen. Es la literatura “nadaísta” la que tratan de imponer en colegios, universidades y público en general. Hay editoriales peruanas que sí tienen intenciones de disputarles el mercado a los colosos monopólicos de la cultura. Incluso el esfuerzo de editoriales pequeñas, es encomiable. La mayoría de autores jóvenes, se auto publica con éstas.
RSN.- ¿Qué futuro le deparas a las literaturas regionales, especialmente la andina? ¿Crees tú que goza de la suficiente acogida o que encuentras resistencias en el medio costeño y especialmente limeño?
DCA.- Lima es provinciana por excelencia. Ya no hay limeños. Si los hay, están arrinconados por la avalancha migratoria. Como nunca antes la narrativa regional, andina y amazónica, tiene un público masivo que conquistar, en la propia “ciudad de los reyes”. Es cosa de audacia editorial y de guerra mediática. Lamento decir que, desde el congreso de escritores en Madrid, 2005, comprobé que los narradores andinos no quieren pelear. Preferirían aliarse con el enemigo, como algunas castas indígenas hicieron con los conquistadores. Luego terminan como Manco Inca, en su primer momento, engrilletados por sus supuestos “amigos” hispanos, escupidos y orinados. Falta el segundo capítulo: que recapaciten sobre su encierro y les salga el rebelde con causa. Por más que adulen o confraternicen con el enemigo, nunca serán aceptados por él.
RSN.- A diferencia de Vallejo, Valdelomar, Ciro Alegría, Arguedas, etc. que hablan de sus parientes más cercanos en sus obras, tú no los mencionas para nada, cuéntanos ¿cómo se llaman tus padres, de dónde son ellos, cuántos hermanos tienes y ¿qué lugar ocupas entre ellos?.
DCA.- Somos dos hijos de una familia de inmigrantes provincianos. Mi padre, Alfonso, llegó de Arequipa a los 14 años. Mi madre, Consuelo, casi en una edad igual, llegó de Chiclayo. El norte con el sur se encontraron en el Callao. En Bellavista se enamoraron. Mi padre fue ingeniero, muy reconocido por sus obras. A su vez, mi abuela materna era italiana, de allí este color de mi piel. Mi hermano, Franco, es la otra cara de la moneda: empresarial, próspero financista, mago en economía y experto en acciones de la bolsa, estudió en la Universidad de Chicago. Es un Chicago Boy. Yo soy el menor. Algún día tocaré el tema familiar en mis obras.
RSN.-  ¿Cómo político, para ti, qué es lo más importante ¿la libertad individual, el bienestar colectivo o la seguridad social? ¿En una disyuntiva, cuál de las tres opciones elegirías, habida cuenta que no las podrías tomar a las tres juntas?
DCA.- La única garantía para el bienestar individual, está en el bienestar colectivo. Cuando hablas de bienestar colectivo, hablas de seguridad social. Pienso que la economía debería servir al hombre y no el hombre a la economía. Pienso que la libertad colectiva es de mayor importancia que la libertad individual.
RSN.-  ¿Existe para ti el sistema perfecto, donde la libertad individual, propia del sistema capitalista sea compatible con la seguridad y el bienestar colectivos del socialismo?
DCA.- No existen sistemas perfectos. He vivido en sociedades socialistas y me felicito de haber estado allí. Mi marxismo, al decir de Vallejo, no es teoría aprendida, sino experiencia vivida. El socialismo real ha tenido muchos errores, pero incluso con ellos, es preferible a las sociedades donde el hombre es el lobo del hombre. La revolución burguesa de 1789, magnificó la libertad individual hasta que en nuestro siglo se la llevó al absurdo. Aquí, en la literatura, los más entusiastas defensores de la libertad individual son perdedores contumaces, furgón de cola de la literatura oficial. Los autores de obras literarias que trascienden, tienen convicciones firmes, idearios sólidos, ideologías razonadas. Borges y Vargas Llosa, en la dercha. Vallejo y Arguedas, en la izquierda. Sea de derechas o de izquierdas, quien no tiene una posición sólida hoy, es incapaz de producir algo bueno.
RSN.-  ¿Qué opinas de aquel eslogan que pregona “pan con libertad”? ¿Crees que puede ser aplicable a sociedades como la peruana?
DCA.-Vuelvo a decirte, los más entusiastas predicadores de libertad, son quienes menos gozan de ella en una sociedad supuestamente liberal. En una sociedad absolutamente dominada por el neocolonialismo, ¿de qué libertad hablamos?... ¿Será tal vez el diario El Comercio o la Cadena CNN quienes nos digan hasta dónde podemos ser libres?... ¿Será la alienación mental de millones de peruanos, enajenados por la aplanadora mediática, eso que llaman libertad? Ese slogan “pan con libertad” es una estupidez aprista que no merece atención. El pan se lo robaron ellos y la libertad se la quitaron a muchos peruanos inocentes.
RSN.- ¿Cómo concibes tú la felicidad humana? ¿Cómo algo inherente a un determinado sistema social, económico y político o como  resultado del individuo por salir adelante y poderse dar algunas comodidades en cualquier sistema de sociedad?
DCA.- Hay quienes creen que la felicidad está en tener más comodidades, pero de tanto adorar a las cosas, el hombre termina cosificado y como sujeto estará al servicio de las cosas. No seremos mejores escritores si le dedicamos atención a las comodidades. La literatura implica riesgos existenciales, renuncias materiales y un apostolado cercano al martirio. Quien prefiera salir adelante con sus comodidades, pues debería ser comerciante o empresario, no escritor. La felicidad se encuentra cuando hay unidad entre el ser y el pensar, cuando vives como piensas. Un determinado sistema económico, social y político hace que en el hospital 2 de mayo sean dados de alta pacientes graves, porque no hay camas ni medicinas ni dinero. Otro sistema garantiza la atención médica y hospitalaria absolutamente gratuita y la educación también. Yo estoy por el segundo.
RSN.- A tu criterio, ¿cuáles son los más grandes  desafíos y riesgos que el mundo de hoy y del mañana confronta?
DCA.- El Mundo se va al carajo y no por culpa de los pobres. La voracidad capitalista, esas ganas de tener más, está llevando al planeta al desastre ecológico y poniendo en grave riesgo a la vida humana. Los pueblos de nuestro Perú se enfrentan a las empresas mineras y al estado servil, genuflexo y entreguista. Los pobres entregan la vida en defensa del agua, son abaleados por la policía, mueren heroicamente en defensa de su patria. Hay quienes mueren defendiendo la vida y hay quienes viven de la muerte. Entonces, la batalla ecológica tiene ya un sello de clase bien definido. Los ricos, para hacerse más ricos, están dispuestos a acabar con la humanidad y con los recursos naturales. Luchar por la vida, contra las transnacionales y monopolios, es el gran desafío.
RSN.-Muchas gracias Dante.

lunes, 2 de julio de 2012

Entrevista al poeta Elqui Burgos.


Entrevista de Ramiro Sánchez Navarro
Elqui Burgos es un poeta natural del norteño departamento de Cajamarca, en la república del Perú, que actualmente radica en Paris-Francia. Conocedores como somos de su producción poética, la cual hemos leído con cierta avidez y al concluir con su lectura hemos quedado maravillados del poder  de su palabra, de sus mensajes  explícitos e implícitos, no hemos dudado en ponernos en contacto con el poeta para que nos hable de su poesía  y de las circunstancias en que ella fue concebida. He aquí sus interesantes y a la vez  ingeniosas respuestas:
RAMIRO SANCHEZ  NAVARRO.- ¿Tu vocación por la poesía se debe a influencias familiares, de  los amigos o a tus lecturas de colegial o de estudiante universitario?
ELQUI BURGOS.- La mayor influencia  familiar fue durante la infancia, la de mi hermano Miguel, minusválido. El me hacía leer todo lo que consideraba bueno para mi formación. En ese entonces, el mundo tenía orden y armonía, dentro de una concepción cristiana. En la adolescencia, viendo a mi hermano que no puede caminar, cuestiono  ese Dios injusto y, entonces, me pregunto; esta interrogación es mi poesía.
RSN.- ¿Sólo cultivas poesía o también otros géneros literarios, vale decir cuento, novela, ensayo, etc.?
EB.- Hay diferentes formas de concebir el mundo, algunas son más apropiadas a una determina expresión artística. En mi caso, la forma de expresarme creo que corresponde  mejor a la poesía; de ahí mi elección, escribir sólo poesía
RSN.- ¿Consideras que tu poesía tiene algunas influencias de otros poetas peruanos o extranjeros?
EB.- Mi poesía no sólo busca la intertextualidad con la de los poetas en lengua española sino que trata  de apropiarse de otros discursos, hasta de una simple frase escuchada en la calle.
RSN.- A tu juicio, ¿quiénes son para ti los poetas más representativos del Perú y del resto de América Latina?  Y si lo hubiera ¿En qué crees que radican sus méritos?
EB.- Los mejores poetas son aquellos que te hablan a ti, te cuestionan, te responden y te emocionan. Como la poesía no sólo está en los poemas, sería inútil hacer una lista
RSN.-  ¿Estudiaste Literatura en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas o en la Facultad de Educación de la Universidad de San Marcos?
EB.- Estudiar en la facultad de educación te conducía a la enseñanza de la literatura como oficio. Un poco por inconsciencia, yo opté por estudiar literatura pura sin saber si me iba a servir para ganarme la vida.
RSN.- En tu libro de poemas “El Cristo de Elqui” se dice que formaste parte del Grupo Estación Reunida, que  surge a comienzos de los 70 en San Marcos, ¿podrías decirme quiénes lo conformaban y quién lo lideraba? ¿El Grupo que integrabas tenía algún ideario, algún Manifiesto? ¿Contra qué insurgía  tu Grupo Estación Reunida?
EB.- Los años 60 son insurreccionales en el Perú. Los partidos de izquierda tratan de captara los estudiantes. El joven poeta José Rosas Ribeyro, miembro  del ELN, tuvo como tarea  formar un grupo amplio. Yo no tenía ninguna militancia, sólo era un compañero de ruta de los movimientos de izquierda. Pero, al conocernos, fue la poesía que nos hermanó. Así nació Estación Reunida, que se constituyó en un grupo de amigos, unidos más bien por la literatura. En la revista ER publicamos nuestros primeros poemas Oscar Málaga, Tulio Mora, José Watanabe, el mismo José y yo, entre otros
RSN.- ¿Terminaste tu carrera en San Marcos o te fuiste a culminarla en México? Pues se habla de que te fuiste becado al país azteca.
EB.- Terminé mis estudios en San Marcos. Pero un día, Washington Delgado me preguntó si quería ir a México, con una beca de la Comunidad de escritores latinoamericanos, para terminar de escribir mi primer libro. Acepté sin reflexionar, y es algo que toda  la vida agradeceré al buen Washington, poeta que admiro y del que siempre releo su Destierro por vida.
RSN.- ¿Bueno, ahora dime si “Elqui Burgos” es tu nombre o tu seudónimo, habida cuenta que muchos escritores y poetas se han hecho famosos por sus seudónimos, ahí tenemos a los chilenos Pablo Neruda y Gabriela Mistral, al ruso Máximo Gorki, al norteamericano Mark Twain, a las francesas Jorge San y Marcelina Felicidad y otros más por el estilo?
EB.- Difícil es llevar un nombre original sino eres poeta, escritor o artista, pues hasta llegar a la universidad  siempre se prestaba para una broma. En la medida que es un nombre que no existe, que nadie se llamaba Elqui, imaginé una explicación, que tal vez en otra oportunidad la cuente. En fin, tuve la suerte que mi madre me bautice con este nombre, lo que significa que soy obra de mi madre.
RSN.-   En tu poema “El Cristo de Elqui”, que da a la vez titulo a todo tu poemario, te refieres al Perú en términos muy duros y severos, ¿consideras acaso que allí no encontraste las posibilidades de realización personal con que tu soñabas?
EB.- El Perú es un país muy violento, con grandes injusticias sociales. Entonces, tu palabra  se erige para intentar comprender y protestar contra esta situación, tú, creas y mueres en el Perú pese a todas las barreras.
RSN.-  Te fuiste becado a México, pero al parecer allí tampoco te sentiste cómodo por lo que alzas te el vuelo a Paris-Francia, ¿es esto así?
EB.- Mi desarraigo no sólo es social sino también  ontológico; digamos que soy un solipsista incrédulo.
RSN.- En tu poema “El Cristo de Elqui” también expresas tu desarraigo en Francia, porque dices:”que hago aquí a la deriva/ velando en la noche bárbara/masticando una lengua/que no es la mía/ “. Sin embargo, ¿consideras que Francia te dio la oportunidad para alcanzar tus sueños?
EB.- Una cosa son las condiciones materiales  que te puede proporcionar una sociedad como la francesa en donde la cultura es algo vivo cotidianamente. Otra, la peruana, en donde la lucha por ganar el pan de cada día te come la vida. Ahora, por ejemplo, París me ofrece una variada reflexión  sobre el Transhumanismo :¿ cómo, el mayor conocimiento de la materia, la ingeniería celular y la inteligencia artificial  hará posible el nacimiento de una nueva humanidad ?. En el Perú, creo que es difícil, empezando por razones económicas.  Pero, bueno, como te decía,  siempre seré un desarraigado, en Lima, en México o en París.
RSN.-  Regresaste al Perú en 1988 con el deseo de reintegrarte a la sociedad peruana y se te hizo muy difícil y volviste a Francia. ¿A qué atribuirías tal fracaso? ¿Podrías decir quizás que tal hecho se debió a que ya no tienes parientes cercanos, tus padres por ejemplo o porque tu esposa y tus hijos los tuviste en Francia, en tu autoexilio?
EB.- En mis respuestas anteriores ya te doy una imagen de lo que es el Perú, eso explica el  fracasó  de mi regreso en 1988.
RSN.- ¿De qué parte de Cajamarca eres y cuántos hermanos tienes? ¿Qué lugar ocupas entre ellos?
EB.-Yo nací en San Pablo , Cajamarca y luego viví en Pacasmayo. Yo tengo la suerte de tener una familia numerosa, pues tengo hermanos por parte de madre y por parte de padre. Pese a la distancia, ahora que nuestra madre o nuestro padre ya no están más con nosotros, tratamos de guardar la comunicación y compartir nuestro cariño.
RSN.-  ¿Como es Elqui Burgos descrito y visto por él mismo? ¿Qué es lo que más amas en la vida y qué es lo que más detestas o te hace sufrir?
EB.- Elqui Burgos es un espejismo. Intento construir su ser palabra a palabra, verso a verso, pero con frecuencia me levanto dudando de su existencia. Lo único que amo es la vida, solamente la vida, pues la muerte es sufrimiento.
RSN.- ¿A quién llamarías tu persona feliz y plenamente realizada?
EB.- No hay personas felices, hay solo instantes de felicidad, por ejemplo cuando eres amado por la mujer que amas.
RSN.- Gracias Elqui por tus amables respuestas.